El Gobierno de Nuevo León, encabezado por Samuel García, determinó dar un giro en su sistema de transporte público al eliminar el modelo de pago por kilómetro recorrido y volver al esquema de pago por pasajero. La decisión fue formalizada por el Instituto de Movilidad (IMA) durante su más reciente sesión de la Junta de Gobierno.

Altos costos del sistema de transporte anterior
El modelo de pago por kilómetro, implementado hace 33 meses, resultó ser un gran peso financiero para el Estado. Para sostener la operación, el Gobierno debía desembolsar cerca de 40 millones de pesos cada semana en subsidios a los transportistas. De haberse mantenido esta modalidad, las proyecciones indicaban un gasto acumulado de 15 mil millones de pesos en los siguientes dos años y medio.
El argumento del IMA para el cambio
Abraham Vargas, responsable del despacho del IMA, explicó que el pago por kilómetro no logró alinear los incentivos de los transportistas con la calidad del servicio. “Queremos que el pasajero perciba la mejora”, destacó Vargas. Bajo el nuevo modelo, el número de pasajeros transportados definirá los ingresos, lo que debería motivar a las empresas a mantener unidades en mejor estado y mejorar la frecuencia de los recorridos.
Implementación gradual de la nueva modalidad
El proceso de transición se hará de forma escalonada. Los mil 500 nuevos autobuses que recientemente se incorporaron al sistema ya operan bajo el nuevo esquema. En cuanto a los camiones existentes, 800 iniciarán la conversión en julio y el resto de las unidades estarán adaptadas antes de finalizar diciembre.
Aunque las autoridades presumen que con este cambio el gasto en subsidios bajará a 6 mil millones de pesos, las críticas señalan que el Estado vuelve a improvisar tras un esquema fallido que costó miles de millones, sin resolver de fondo la crisis del transporte público que afecta diariamente a miles de ciudadanos.
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