El acueducto El Cuchillo 2 continúa envuelto en polémica tras revelarse nuevas observaciones financieras que elevan la preocupación pública. La Auditoría Superior de la Federación (ASF) señaló pagos en exceso por casi 28 millones de pesos en la Cuenta Pública 2024. Esta obra, iniciada en 2022 y con varias inauguraciones en 2023, sigue siendo ejemplo de falta de claridad e irregularidades de Samuel García.
Costos inflados sin justificación
El Cuchillo 2 se presentó como una solución urgente ante la crisis de agua en Monterrey. Originalmente planeada con un presupuesto de 10 mil 400 millones de pesos, la obra terminó costando 14 mil 680 millones bajo la coordinación de la Sedena. La ASF solicita aclarar 27.9 millones, que si no se justifican deberán regresar a la Tesorería. Esta diferencia presupuestal ha generado dudas sobre la gestión y la transparencia del proyecto.

Irregularidades de Samuel García en El Cuchillo 2
Entre las principales irregularidades se encontraron errores en cálculos de volúmenes, pagos por materiales no utilizados y modificaciones no autorizadas. Destaca un sobrepago de 22.6 millones en movimientos de tierra realizados con grúas sin detallar el uso de maquinaria, materiales ni mano de obra. Estas prácticas reflejan falta de supervisión y podrían abrir la puerta a posibles actos de corrupción.
Otra de las fallas detectadas fue el pago por la instalación de 30 luminarias que nunca se colocaron. Durante una inspección realizada en abril de 2025, solo se encontraron 13 de las 43 luminarias presupuestadas, dejando en el aire un gasto de 750 mil pesos. Asimismo, se destinaron 3.8 millones para cercas con postes de madera, pero en lugar de estos se utilizaron palos de menor calidad, incumpliendo especificaciones y reduciendo la durabilidad y seguridad de la obra.
Antecedentes del Acueducto El Cuchillo 2
La ASF también identificó 419 mil pesos mal calculados en la colocación de concreto por no descontar el volumen ocupado por el acero de refuerzo. Además, se detectaron 374.7 mil pesos por irregularidades en contratos de servicios, sumando al listado de fallas administrativas. Aunque estas cantidades parecen pequeñas frente al costo total, son evidencia de una gestión deficiente y de la falta de control en cada etapa del proyecto.
El Cuchillo 2 se construyó de forma emergente para mitigar la grave crisis hídrica que vivía Monterrey. La presión social y política obligó a una ejecución rápida, omitiendo licitaciones y utilizando procesos exprés, lo que facilitó posibles desvíos de recursos. A esto se suma que en ejercicios anteriores ya se habían detectado anomalías: 139 millones en 2022 y 77.3 millones en 2023. Estos antecedentes refuerzan la percepción de opacidad y alimentan la desconfianza de la ciudadanía.
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