El Alcalde de Santa Catarina, Jesús Nava, ha vuelto a colocarse en el ojo público, no solo por su controvertida decisión de vender áreas verdes municipales, sino también por un reciente episodio que generó fuertes críticas: la aparición en un video portando unos lujosos zapatos de la marca italiana Ermenegildo Zegna, valuados en aproximadamente 25 mil pesos. Este incidente con los zapatos de Nava se viralizó rápidamente en redes sociales, donde ciudadanos y usuarios cuestionaron el contraste entre el discurso público del edil y sus elecciones personales.
El video en el que se exhiben los zapatos de Nava captó la atención de la opinión pública, pues para muchos representa una falta de sensibilidad hacia la situación económica de la población y una desconexión evidente con la realidad que viven miles de santacatarinenses. La polémica se intensifica aún más al considerar la reciente decisión del municipio de vender 19 áreas verdes con el argumento de recaudar recursos para obras sociales. ¿Realmente está utilizando el dinero público para la ciudadanía o para comprarse lujos?

Zapatos de Nava indignan a la comunidad
Los zapatos de Nava, con un precio cercano a los 25 mil pesos, pertenecen a la marca italiana Ermenegildo Zegna, conocida por sus productos exclusivos dirigidos a un público de alto poder adquisitivo. En un contexto en el que Santa Catarina enfrenta retos importantes en infraestructura, servicios y espacios públicos, el uso de calzado de lujo por parte del Alcalde resultó para muchos ciudadanos un insulto.
Las imágenes, difundidas ampliamente en redes sociales, desencadenaron una ola de comentarios negativos. Muchos usuarios señalaron que mientras se justifican recortes y ventas de áreas verdes por “falta de recursos”, el alcalde muestra artículos que distan mucho de un estilo de vida austero y empático con la población.
El uso de los zapatos de Nava ha servido como símbolo del distanciamiento de la clase política con la ciudadanía, alimentando una narrativa de desconfianza y enojo. Críticos y activistas locales aprovecharon el momento para exigir mayor transparencia en el uso de los recursos públicos y congruencia en el actuar de los funcionarios.
Venta de áreas verdes causa polémica
Mientras crecía la discusión sobre los zapatos de Nava, el Cabildo de Santa Catarina aprobó la venta de 19 predios municipales, originalmente destinados para áreas verdes o deportivas, con el argumento de financiar obras públicas. La administración justificó esta medida alegando que no se han recibido recursos completos del Fondo Municipal en los últimos tres años, lo que ha generado incertidumbre para el avance de proyectos prioritarios.
Los predios suman un total de 41 mil 496 metros cuadrados y se espera recaudar alrededor de 43 millones de pesos, según avalúos del Banco Inmobiliario Mexicano. De acuerdo con el dictamen, estos espacios se encuentran en desuso y sin utilidad pública, por lo que la venta permitiría financiar parcialmente la construcción de un centro de atención al autismo, una guardería 24 horas y un centro contra adicciones, proyectos que en conjunto suman una inversión aproximada de 64 millones de pesos.
A pesar de los argumentos presentados, la venta de estas áreas verdes ha sido fuertemente criticada por ambientalistas y vecinos, quienes consideran que eliminar espacios destinados al esparcimiento y al deporte impacta negativamente en la calidad de vida y en el bienestar de la comunidad. Para ellos, sacrificar el espacio público es una medida apresurada y refleja la falta de planeación y gestión eficiente por parte de la administración municipal.
¿Congruencia en la gestión municipal?
La coincidencia entre la polémica de los zapatos de Nava y la aprobación de la venta de áreas verdes ha provocado cuestionamientos sobre la congruencia y las prioridades del gobierno municipal de Santa Catarina. Mientras se argumenta la necesidad de vender espacios públicos para obtener recursos, el Alcalde aparece usando artículos de lujo, situación que resulta contradictoria ante los ojos de la ciudadanía.
Vecinos y colectivos sociales han expresado que la administración debería priorizar el cuidado y la conservación de los espacios verdes en lugar de verlos como una fuente de ingresos rápidos. Además, señalan que el municipio debería gestionar de forma más efectiva los recursos existentes, antes de recurrir a medidas extremas como la enajenación de predios destinados al disfrute y beneficio público.
En foros y reuniones vecinales, el tema de los zapatos de Nava se ha convertido en un ejemplo recurrente para ilustrar lo que consideran un gobierno desconectado de la realidad. Para muchos, esta imagen sintetiza la falta de empatía y el distanciamiento con las necesidades urgentes de la población.
Reacciones a polémica de zapatos de Nava
La combinación de los lujosos zapatos de Nava y la venta de áreas verdes ha encendido el debate sobre el rumbo que está tomando Santa Catarina. Ciudadanos y activistas piden explicaciones claras sobre el destino de los recursos obtenidos por la venta de predios y exigen compromisos firmes para que estos fondos se usen realmente en beneficio de la comunidad.
El dictamen señala que los recursos no pasarán por el Congreso local, al tratarse de predios cedidos por parques industriales. Este punto ha generado más críticas, pues varios sectores consideran que la falta de supervisión legislativa facilita posibles irregularidades y limita la transparencia.
La ciudadanía espera que el gobierno municipal, encabezado por Jesús Nava, ofrezca información detallada y abra espacios de diálogo para aclarar las dudas y recuperar la confianza perdida.
La polémica generada por los zapatos de Nava y la venta de áreas verdes en Santa Catarina representa un llamado urgente a la reflexión sobre la coherencia, la transparencia y la verdadera vocación de servicio público. En un contexto donde cada decisión impacta directamente la calidad de vida de miles de personas, la congruencia entre el discurso y las acciones es más importante que nunca.
El futuro político y la legitimidad de Jesús Nava dependerán de su capacidad para escuchar a la comunidad, rendir cuentas y tomar decisiones que realmente prioricen el bienestar colectivo sobre cualquier interés particular.
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