La administración estatal de Nuevo León, encabezada por el gobernador Samuel García, ha generado controversia al presentar cifras infladas sobre la Inversión Extranjera Directa (IED) que ha llegado al estado en los últimos tres años. Mientras el mandatario presume públicamente la captación de 68 mil millones de dólares, los datos oficiales de la Secretaría de Economía federal y estatal muestran una realidad completamente distinta: apenas 12 mil 343 millones de dólares fueron realmente registrados entre 2021 y 2024.
Este contraste no solo cuestiona la veracidad del discurso gubernamental, sino que también siembra dudas sobre la transparencia y credibilidad de la estrategia de promoción económica que presume el gobierno estatal en eventos nacionales e internacionales.

Discurso oficial vs datos reales de inversión extranjera
A través de giras por Asia y Europa, en conferencias y en redes sociales, Samuel García ha reiterado que su gestión ha sido un parteaguas en la atracción de capital extranjero. Según el gobernador, el estado habría logrado atraer inversiones récord que superarían los 68 mil millones de dólares, una cifra que ubicaría a Nuevo León muy por encima de cualquier otra entidad federativa.
Sin embargo, el Registro Nacional de Inversiones Extranjeras (RNIE), así como la Secretaría de Economía federal, confirman que la realidad es otra. Los reportes oficiales indican que en 2021 la entidad captó 3 mil 263 millones de dólares, mientras que en 2022 la cifra ascendió a 4 mil 429 millones de dólares. Para 2023, se reportaron 2 mil 554 millones, y en 2024, 2 mil 097 millones de dólares. En total, se acumulan 12 mil 343 millones, apenas una fracción de lo anunciado.
Posicionamiento nacional de inversión extranjera
Las cifras oficiales posicionan a Nuevo León en el tercer lugar nacional en captación de IED, por debajo de Ciudad de México y Sonora. Así lo confirmó Raquel Buenrostro, entonces titular de la Secretaría de Economía federal, durante la 80 Asamblea Anual de la Cámara de la Industria de Transformación (Caintra) en 2024. Según Buenrostro, al cierre de 2023, la entidad registró alrededor de 2 mil 500 millones de dólares, corroborando los datos federales.
La funcionaria explicó que muchas de las cifras anunciadas como inversiones son en realidad proyectos preliminares o compromisos que aún no se han formalizado, y por lo tanto, no pueden contabilizarse como IED efectiva. Este detalle técnico es clave, ya que revela el uso estratégico de anuncios mediáticos para proyectar una imagen de éxito que no corresponde con los resultados tangibles.
Una estrategia mediática cuestionable
El 27 de octubre de 2024, durante su Tercer Informe de Gobierno en el Showcenter Complex de San Pedro Garza García, Samuel García volvió a recalcar que el estado había captado 68 mil millones de dólares y generado 270 mil empleos. Reiteró que en Nuevo León “se abre una empresa extranjera cada semana”, intentando reforzar su narrativa de crecimiento y liderazgo en inversión.
Sin embargo, estas afirmaciones contrastan con los documentos públicos y las aclaraciones de la Secretaría de Economía. La diferencia de más de 55 mil millones de dólares entre el discurso y la realidad no es un asunto menor; implica no solo un desfase contable, sino también una posible estrategia de marketing político que podría erosionar la confianza de inversionistas nacionales y extranjeros.
La diferencia abismal entre lo anunciado y lo registrado afecta directamente la percepción de Nuevo León como un destino seguro y confiable para nuevos capitales. A largo plazo, esta falta de consistencia puede derivar en un daño reputacional que complique futuras negociaciones y compromisos económicos.
Impacto en la comunidad empresarial
Los empresarios y organismos privados han comenzado a expresar reservas ante la disparidad de cifras. Algunos señalan que estas exageraciones pueden desincentivar la llegada de nuevas inversiones, ya que los inversionistas buscan entornos donde prime la claridad y la estabilidad. Los anuncios inflados pueden interpretarse como un intento de maquillar la realidad económica y distraer la atención de otros retos críticos en la entidad, como la inseguridad o la crisis hídrica.
Asimismo, el uso de grandes espectaculares y campañas publicitarias para promover estos datos cuestionados refuerza la idea de que se prioriza la imagen política por encima de la gestión técnica y responsable. Esto podría impactar negativamente no solo a la administración actual, sino también a futuros proyectos de desarrollo e innovación en el estado.
La brecha entre los datos oficiales y los anuncios públicos abre un debate sobre la importancia de la transparencia en el manejo de información gubernamental. Para un estado que se presenta como motor económico de México, mantener la credibilidad es esencial. A medida que surgen nuevas inversiones y proyectos estratégicos, la precisión y honestidad serán clave para conservar la confianza empresarial y fortalecer el crecimiento sostenido de Nuevo León.
Array