El arresto del boxeador mexicano Julio César Chávez Jr. en Estados Unidos ha causado un fuerte revuelo y exhibido la falta de acción de las autoridades mexicanas ante sus presuntos vínculos con el crimen organizado. La detención fue realizada por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Los Ángeles, dejando al descubierto una orden de aprehensión vigente en México que llevaba más de dos años sin ser ejecutada.
La situación ha generado cuestionamientos severos hacia el gobierno mexicano, ya que se pone en evidencia que un personaje público como Chávez Jr. pudo desplazarse libremente dentro y fuera del país sin ser detenido, pese a enfrentar acusaciones graves. La inacción ha sido interpretada como una muestra de omisión o incluso de colusión, alimentando la percepción de impunidad alrededor de figuras con conexiones políticas o criminales.

Vínculos de Chavez Jr. con el crimen organizado
Según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos, Chávez Jr. mantiene presuntos vínculos con el Cartel de Sinaloa. En su comunicado oficial, el DHS calificó al boxeador como un “delincuente indocumentado” y reveló que enfrenta cargos en México por delincuencia organizada y tráfico de armas, municiones y explosivos.
La relación de Chávez Jr. con la familia de Joaquín “El Chapo” Guzmán ha sido ampliamente señalada. Su esposa, Frida Muñoz, estuvo previamente relacionada sentimentalmente con Édgar Guzmán López, hijo del capo, asesinado en 2008 en Culiacán. Según las autoridades estadounidenses, Chávez Jr. también habría realizado declaraciones fraudulentas para obtener la residencia permanente en EE.UU., aprovechando su matrimonio con Muñoz.
Además, DHS mencionó la existencia de un video en redes sociales donde el boxeador expresa simpatía hacia Ovidio Guzmán López, alias “El Ratón”, hijo de “El Chapo” y actualmente detenido en Estados Unidos por narcotráfico. Estas conexiones refuerzan las sospechas sobre la posible colaboración de Chávez Jr. con el cartel.
La omisión del gobierno mexicano
La Fiscalía General de la República (FGR) confirmó que existe una orden de aprehensión contra Chávez Jr. desde marzo de 2023. Sin embargo, la dependencia nunca hizo pública la información, ni se tomaron acciones concretas para detenerlo en territorio nacional.
La revelación de que Chávez Jr. había cruzado la frontera en enero pasado por la garita de San Ysidro sin impedimento alguno ha aumentado la indignación pública. Mientras tanto, el boxeador continuaba participando en actividades públicas y eventos deportivos sin restricciones.
Analistas y expertos en seguridad, como Alberto Guerrero Baena, han calificado la situación como una “enmendada” de Estados Unidos al gobierno mexicano. Según Guerrero, la falta de acción evidencia un nivel preocupante de permisividad hacia personajes con nexos criminales y resalta la fragilidad institucional para aplicar la ley sin sesgos.
Reacciones políticas y sociales ante arresto de Chavez Jr.
El periodista Carlos Loret de Mola también criticó duramente al gobierno mexicano, afirmando que el arresto realizado por EE.UU. “exhibe” la incapacidad de México para actuar contra criminales de alto perfil. Loret cuestionó si realmente alguien en México tenía la intención de detener a Chávez Jr., considerando que se trata de un personaje famoso y protegido por ciertos círculos.
La presidenta Claudia Sheinbaum, al ser cuestionada, aseguró no tener conocimiento personal sobre la orden de captura y señaló que espera que el boxeador sea deportado para enfrentar la justicia en México. Sus declaraciones generaron críticas adicionales, ya que para muchos reflejan desinformación o desinterés por un caso que ha sido calificado como grave.
En redes sociales, usuarios recordaron la participación reciente del padre de Chávez Jr., Julio César Chávez, en eventos oficiales junto a Sheinbaum, destacando la falta de coherencia en el discurso gubernamental contra el crimen organizado.
Acusaciones judiciales y detalles adicionales
El diario Reforma reveló que la FGR obtuvo información comprometedora de escuchas telefónicas intervenidas a “Los Chapitos”, facción del Cartel de Sinaloa, en donde se menciona a Chávez Jr. como colaborador para realizar golpizas a rivales y actos violentos.
Los documentos judiciales describen su participación como la de un “esbirro” o “ajustador de cuentas”, aclarando que aunque no era un miembro de alto nivel, sí habría tenido un papel operativo dentro de la organización.
Según el diario, las investigaciones comenzaron desde 2019 y culminaron con la emisión de varias órdenes de aprehensión, una de ellas contra Chávez Jr., en Hermosillo. Este dato refuerza la narrativa de que las autoridades mexicanas han tenido tiempo y pruebas suficientes para actuar, pero por razones no aclaradas, decidieron no hacerlo.
El arresto en Estados Unidos no solo representa un golpe para el boxeador y su familia, sino que también deja en evidencia un patrón preocupante: la falta de voluntad o capacidad del gobierno mexicano para detener y procesar a figuras con presuntos nexos criminales, obligando a Estados Unidos a intervenir.
Si te interesa conocer más sobre lo que está pasando en el momento con Chávez Jr., lee este artículo: Cómo lavar dinero con un boxeador: el caso de Julio César Chávez Jr.
Array